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Hay muchas teorías sobre el origen del cante jodo o flamenco, y muy pocas cosas en ellas que puedan demostrarse. Casi todas intentan buscar un núcleo originario puro, el cante jondo o gitano, o conjunto de "cantes básicos", comparadas con los cuales todas las formas flamencas posteriores o serían "aflamencadas" o "emparentadas con ...". Algunos buscan las raíces del cante flamenco en el exterior (origen pakistaní), otros las buscan en una raza determinada (origen gitano del cante jondo o gitano-andaluz), otros niegan la paternidad a un grupo social o raza determinada en la creación de este cante singular que es el jondo (tesis del origen andaluz como producto de la convivencia de gitanos, moriscos y andaluces, sin privilegiar a ningún grupo determinado).
Las teorías se podrían resumir así:
1. dominio de los elementos de origen oriental: el flamenco es de origen oriental (Pakistán, India);
2. predominio del elemento gitano: el cante es creación genuina de los gitanos;
3. predominio del elemento gitano, pero no como creador, sino como “forjador” del cante a base de elementos del folclore andaluz;
4. el cante no es producto de ningún grupo social especial, ni de ninguna etnia: cuando llegaron los gitanos a España, el cante ya había sido creado tal y como lo conocemos.
5. Teoría gitano-morisca del cante:los gitanos no crearon ni forjaron nada, el flamenco es un producto autóctono de la Baja Andalucía y en él confluyen elementos de todas las culturas que se asentaron en esta región y de todos los grupos étnicos que convivieron en ella: andaluces, moriscos, gitanos (los gitanos no crearon nada, pero fueron los primeros que “profesionalizaron” el flamenco, los primeros que lo “comercializaron”, el papel de los moriscos refugiados con los gitanos fue muy importante, así como la tradición de los judíos sefardíes y de los cristianos mozárabes.
Pakistán es una tierra antigua y cuna de las más antiguas civilizaciones. Las ruinas de Mohen-Jo-Daro y Harappa, que los arqueólogos sitúan con fecha anterior a 2.500 a. C., revelan la existencia de una avanzada y floreciente cultura. El territorio que hoy constituye el Este (West Pakistán) fue el primer hogar de los antiguos arios, conociendo, además, la invasión de las legiones macedónicas de Alejandro. Árabes, persas, turcos, afganos y mongoles llegaron y se establecieron allá, haciendo florecer distintas civilizaciones.
En el año 711 de la era Cristiana, Mohamed Ben Kassim conquistó Sindh, unos meses después de que Tarik Benzyed invadiese la Península Ibérica; uno y otro, mandados por el Califato de Damasco. El camino desde Andalucía a Sindh, a través de Damasco, estaba trazado. Músicos, artistas, arquitectos, aprendieron el camino de ida y vuelta, a través del mundo musulmán, llevando como equipaje su sabiduría a los distintos pueblos de la antigüedad árabe.
Cuando Ziryab vino de Persia a Andalucía para enseñar su cante a los músicos españoles, ya el camino exististía, y no cabe duda de que los españoles sabían viajar, llevando consigo su saber para mostrarlo a los demás. Que llegaron hasta Sind es indudable, y los hombres antiguos de mi patria aprenderían a conocer la música que los primitivos españoles tenían antes de la invasión de los árabes, contribuyendo este medio a la más perfecta compenetración entre ambos pueblos en la antigüedad. Por eso, cuando Ziryab enseñaba su arte en Andalucía, trataba con personas y terreno conocidos, que en los tiempos siguientes se unieron más. Y cuando los árabes perdían su hegemonía en España, y marcharon a tierras musulmanas por el Norte de África y el Oriente Medio, ya llevarían sus usos y costumbres a sus hermanos de religión hasta el límite extremo del camino, que era Sindh.
En un mapa general puede observarse cómo la tierra musulmana, desde España hasta Sind, tenía una perfecta continuidad. Téngase en cuenta que en los tiempos primitivos de las invasiones árabes, la región de Sindh tenía un grado de cultura superior, y sus conocimientos musicales eran perfectos, cosa que no tenían aún los árabes. La civilización ario-indostánica (de 2.500 a.C.), que era la de Sindh, se limitó a recoger los valores que podían enriquecerla, elevando así la importancia de su patrimonio artístico. Siendo los árabes maestros en traducir y asimilar todas las ramas de las ciencias, literatura y arte, supieron captar hábilmente la música indostánica, asimilándola hasta el extremo de usarla como propia.
Después de estas explicaciones, es más fácil comprender la relación que pueda existir entre una Andalucía árabe y un Sindh Indostánico, a través de un camino uniforme y recto.» (Aziz Balouch, 24-25)
«Y, finalmente, en el mundo de la música, debo mencionar a quien, por su arte, aun florece en España, y cuya música ha permanecido en esencia con espíritu inalterable desde los tiempos de su introducción, durante el priodo del esplendor musulmán. El nombre de este sabio cantor y músico fue Hassan Ali Ben Nafi Ziryab,de Persia, fundador del mundialmente famoso cante jondo.
Los detalles e historia de la evolución de esta música merecen una adecuada explicación.
El Califa de Bagdad, Harum-el-Raschid, envió a Córdoba a su predilecto poeta-cantor, musicólogo y compositor, Ziryab, como un gesto de buena voluntad para el Califa de Córdoba. Éste era poeta y filósofo, gran protector de las Artes y la Música. Ziryab fue encargado de enseñar a los andaluces el arte de la música y a tocar instrumentos orientales. Y músicos españoles declaran que la famosa guitarra española fue introducida por Ziryab; estaba hecho este instrumento según el modelo de otro persa, el “Tar”, o el árabe “Lute”, y originariamente tuvo cuatro cuerdas tan sólo. La quinta fue añadida por Ziryab y la sexta ha sido aplicada, relativamente en época moderna [por Vicente Espinel]. Se dice que Ziryab había visitado Sind (ahora provincia de Pakistán, donde está situado Karachi) y que había estudiado el estilo del cantar Sindhi.
Ziryab era maestro de música persa-baluchi (téngase en cuenta que en aquellos tiempos el el Baluchistán formaba parte de Persia). Era un artista consumado que había estudiado a fondo la música indostánica, siendo reconocido en su época, el siglo IX, como el más profundo conocedor de esta música clásica, y cuya fama había trascendido fuera de Bagdad, haciéndole famoso por todo el mundo entonces. [...]
Ziryab cantó por mucho tiempo, acompañándose de su instrumento especial de cuatro cuerdad, del que sabría sacar unas melodías nunca escuchadas, al compás de su voz. Esta música de Ziryab trascendió al exterior, se hizo popular, surgiendo los imitadores, andaluces del Califato, que no descansaron ni cedieron en su empeño hasta aprender en lo posible la dulce música que les había enseñado el maestro. Cantaba cada uno según su estilo, pero imitando el gran modelo que era Ziryab. [...]
No cabe duda de que la influencia sería recíproca; es decir, que lo mismo que Ziryab vino a España e influyó de un modo decisivo en la música popular de la Andalucía de entonces, los españoles que partiendo de su tierra, a través del mundo árabe, que en aquellos tiempos era una continuidad, llegarían a Sindh, donde no dejarían de poner las huellas de su arte y sentimiento. Se da la circunstancia de que el "cante grande" [jondo] español, como seguiriyas, soleares, cañas, polos, etc., está completamente identificado con las música folclórica Sufi, como las composiciones del magistral poeta místico Shah Latif y muchos otros, que, al cantar, da la forma exacta melódica del "cante grande" citado. La palabra "jondo" bien pudiera derivarse de las voces del idioma "Sindhi" gind, que significa 'alma'(cante del alma), o bien de"hindu" indostánico, como haciendo relación a su origen.»
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"Cuando escucho en tu guitarra
un cante por soleá
oigo en mi alma un silencio
que es música de verdad".
"Música tan de verdad
que las estrellas se callan
para poderla escuchar".
JOSÉ BERGAMÍN |
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