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LOS PRIMEROS MAESTROS

Para más detalles biográficos sobre los primeros maestros, remitimos a dos obras recopilatorias que se pueden consultar y que ofrecen toda suerte de datos sobre ellos (véanse Blas Vega y Ríos Ruiz, 1988 y Eusebio Rioja, 1996). Entre los más importantes citemos a Antonio Pérez, el Maestro Patiño, Paco el Barbero, Paco de Lucena, etc.
Las bases del concertismo flamenco, asentadas con el impacto del popularísimo dúo Chacón - Montoya, se ponen cuando aparecen escuelas del toque marcadas por la personalidad de sus líderes. Eusebio Rioja ha realizado recientemente el inventario biográfico más completo sobre tocaores, recuperando definitivamente para la memoria del flamenco la impresionante cantidad de profesionales organizados en escuelas locales que han intervenido en la intervención del género flamenco como género artístico (Rioja 1995 - 1996). Manuel Cano propuso ya una sistematización con cinco grandes escuelas: Escuela Primitiva, el Montoyismo, el Ricardismo, el Sabiquismo, Escuela Libre (Cano, 1991 ,p. 94). Antes el musicólogo francés Georges Hilaire señaló dos grandes escuelas del toque: la escuela barroca o “gongoriana” de Montoya, fruto del sabio compromiso entre el arte de la guitarra de salón y el de la guitarra flamenca, y la ortodoxa escuela de acompañamiento de Perico del Lunar, caracterizada por “purismo estético y el sentimiento de una exacta tradición intensamente vivida de nuevo en la subjetividad del artista” (Torres,1996). Dualidad puesta de manifiesto también en la misma época por el guitarrista de acompañamiento D.E. Pohren, esta vez comparando los toques de Sabicas
y de Perico del Lunar (Pohren, 1962p. 74) que no escapó al perspicaz José Manuel Gamboa cuando señala una escuela andaluza frente a otra madrileña caracterizada por “un refinamiento técnico-melódico cercano a la guitarra clásica” (Gamboa ,1992 p. 26).
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"Cuando escucho en tu guitarra
un cante por soleá
oigo en mi alma un silencio
que es música de verdad".
"Música tan de verdad
que las estrellas se callan
para poderla escuchar".
JOSÉ BERGAMÍN |
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