|
 |
 |
 |
Fernanda de Utrera
|
Fernanda Jiménez Peña (Utrera (Sevilla), 1923/2006). Cantaora
Muchos la consideran la mejor solearera de todos los tiempos, lo que hoy es difícil de saber puesto que desconocemos cómo cantaban sus predecesoras anteriores a la fonografía. Nieta de Fernando Peña Soto Pinini, hermana de la Bernarda de Utrera, lleva en su sangre todas las credenciales precisas para ser cantaora de raza. La Fernanda es en verdad eminente en el cante por soleá, y también notable en algún otro estilo -bulerías, tangos, las cantiñas de su abuelo el Pinini-, y en fandangos se sale de lo común. Porque hay que poner el corazón, dice ella: "Yo tengo un fandango grabao, eso de a mis niños no me los abandones..., pues desde que murió una hermana mía eso no lo pueo yo cantar, porque me acuerdo de mi hermana que dejó a sus hijos solos. Me la pide la gente y forzá la canto; pero me entra un repelugno y una descomposición de cuerpo que no pueo, ea, que no pueo". Las soleares de Fernanda de Utrera pueden ser memorables. Su voz oscura y rota, casi siempre insuficiente pero preñada de duendes y misterio, era un instrumento que transmitía emoción y escalofrío en cada uno de los tercios. González Climent lo contaba así: "Toda ella es revulsión, insatisfacción, búsqueda, pelea por su propia expresión. No tiene facultades normales. Llegar a la 'forma' del cante, sólo ello, constituye un triunfo para la Fernanda. Siente mucho más de lo que puede decir externamente. Pero al precio de muchas angustias, desórdenes y agotadoras rebuscas internas, llega a decirlo (...) La cantaora de Utrera exige imposibles a su voz bronca y regateada, extrema su concentración psíquica, escarba violentamente la fuerza humana de sus gritos y alcanza límites crueles, casi bárbaros. La Fernanda se convulsiona físicamente, estrella brazos al vacío, cierra los ojos, reclama duendes, busca compromisos elementales que le permitan descender y ascender sobre sí misma hasta arañar el jipío valioso. Tiene voz y rajo de templo. Dueña de un gran sentido de la armonía, pero sin entorpecimiento para sus audacias vitales, no imita absolutamente a nadie. Pellizca en el mismo temple inicial. Sus jipíos asustan. Sus silencios son tan cardíacos como plásticos (...) Su gestión flamenca es un sufrimiento del que no podemos escapar. Gestión o comunión -entiéndase correctamente- sólo sostenible en la misma órbita emocional en que sitúa y nos sitúa la Fernanda. En pocos segundos nos arrastra al fondo de su misterio. Tira de nosotros como si se tratara de una pleamar anímica. Su zona de influencia es implacable. La Fernanda bloquea, invade, hiere". Ha hecho cine.
WWW.FLAMENCO-WORLD.COM
|
|
|
|
 |
|
 |
 |
"Cuando escucho en tu guitarra
un cante por soleá
oigo en mi alma un silencio
que es música de verdad".
"Música tan de verdad
que las estrellas se callan
para poderla escuchar".
JOSÉ BERGAMÍN |
 |
|